Y si fuera un hombre

03.12.2013 21:42

Seguramente muchas mujeres cuando lean esta nueva entrada me darán la razón. Y seguramente cuando los hombres la lean pensarán que estoy como un cencerro. Pero ¿y qué más da lo que piense la gente? La cuestión, todos los hombres que conozco, sin excepción, han dicho en alguna ocasión que si ellos fueran mujeres serían más putas que las gallinas de moral distraída y que lo primero que harían cuando se encontraran en sus nuevas carnes sería tocarse las partes bajas para saber qué se siente. Y estas afirmaciones tan rotundas me han hecho plantearme ¿qué haría si fuera un hombre? No voy a decir que nunca jamás lo había pensado antes, claro que lo he hecho, sobre todo en esos días que estoy hormonalmente revuelta, muerta de dolores abdominales y que los paso con un pañuelo en mano durante la mitad del día y tres cuartas partes de la noche porque me da por llorar a moco tendido, pero nunca le había dedicado a la idea más de tres minutos seguidos y creo que puede ser curioso.

"Siete y media de la mañana, suena el despertador, pero ¿qué carajo es esa música? ¿Highway to hell? Ese no es mi tono. Joder, me pica la cara y el pecho. Pica, pica, y ¡pelos! ¿Tengo pelos en la cara y en el pecho? ¡Mis tetas! ¿Dónde están mis tetas? ¡Qué pasa ahí abajo! Levanto las sábanas y ¿qué es eso que me está mirando? Abro los ojos como platos, estoy completamente despierta, sí, no es un sueño. Apago el puto móvil de una vez y veo que hay una nota. Una nota, hay una nota. ¿Quién ha dejado eso ahí? La leo. La vuelvo a leer. No, venga, esto es una broma. Voy a ser un tío durante veinticuatro horas."

Los primeros minutos que pasase como machote tendría claro en qué los invertiría. Sí, justo lo que estáis pensando, lo mismo que dicen los hombres de si fuesen mujeres, masturbarme (¡qué fina!). Y es que esa curiosidad la tenemos todos, seamos del género que seamos. ¿Qué siente y cómo lo siente un hombre cuando se corre? (lo siento, la finura sólo me da para una vez al día). Siguiendo con las necesidades biológicas, qué gusto debe dar mear de pie. Vale que en casa da lo mismo, es tu baño y no te da asquito, pero de puertas para afuera del hogar son todo ventajas.

Siendo varón tendría claro que nada de quitarse pelos del pecho, piernas y partes bajas, porque no tendría la "necesidad socio-cultural" de hacerlo y porque a las mujeres de verdad no nos gustan los tíos que están suaves como culitos de bebé. Eso sí, nada de pelos en la espalda y cuartos traseros; si ahí es necesario se pasa la podadora máquina de rasurar y listo. Hombre sí, osito de peluche, no. ¿Y en la cara? Optaría por una barbita de tres-cuatro días que ahora está muy de moda y así evitaría destrozármela día sí día también. Usaría un perfume terriblemente masculino, Esencia de Loewe, por ejemplo (oler bien da sensación de limpio); boxers para llevar las partes púdicas recogidas (desde mi más terrible ignorancia pienso que debe ser mucho más cómodo llevarlo todo sujeto que no danzando al son de los pasos) y pantalones de mi talla (manía que tienen los tíos de ponerse pantalones que les quedan flojos).

Y es que debe ser la leche no tener ese miedo a que se te despierte el reloj biológico y tengas que plantearte seriamente las diferentes opciones para ser madre y saber que tus futuros hijos llevarán tu apellido; sentarte despatarrado; beber cerveza directamente de la botella; acostarte con todo bicho viviente sabiendo que el reconocimiento que te van a dar es el de "machote"; poder hacerte tatuajes grandes sin que te llamen "quinqui"; disfrutar a tope de los anuncios de la tele ya que en el 90% salen mujeres; poder quitarte la camiseta libremente cuando hace un calor de dos pares; hablar con tus compañeros de trabajo sin tener que preocuparte de si te están tomando en serio o no; andar por cualquier sitio oscuro sin el temor de ser asaltado; nada de tintes, las canas hacen a los hombres interesantes. Y un largo etcétera.

Y como, según dicen, debería de ser más simple que el mecanismo de un chupete, no tendrían cabida en mi día las rayadas femeninas con las que nos machacamos horas y horas. Así tendría muchísimo tiempo para pensar en: comer, sexo, mujeres, fútbol, cerveza, viajes, gimnasio, colegas, videojuegos, cine, libros. Y no es que ellos no tengan sentimientos, simplemente es que no le dan vueltas a la perola de manera obsesivo-compulsiva como lo hacemos nosotras. O eso dicen. Y realmente esto es lo que más me gustaría saber, en qué coño piensan los hombres, porque no sé vosotras, pero yo no acabo de creerme del todo eso de que no se comen la cabeza. Más bien creo (bueno, estoy convencida de ello) que los chicos son herméticos, cerrados al vacío como los botes de la mermelada, y llevan escrito en el código genético ese típico tópico de que los hombres no lloran, los hombres no demuestran lo que sienten.  

Por supuesto, mi día masculino me gustaría acabarlo echando un polvo con una buena compañera de sábanas, porque ya se sabe que una cosa es un cinco contra uno y otra es rodar por la cama. Y porque soy hombre, que cojones, y dicen que debo pensar en el sexo dos terceras partes del día y desearlo a todas horas.

"Nueve de la mañana, suena el despertador y oigo Try de Pink. Sí, ese es mi tono. Todavía medio dormida toco por encima de las sábanas y, ahí están de nuevo, ¡sí! Y es que prefiero seguir siendo hembra humana, poder sentir el poder curativo de un par de tacones en un día de bajón emocional, disfrutar de los abrazos de unos brazos más fuertes que los míos y tener la capacidad de amar de la forma en que lo hago, paranoica, sí, pero me gusta más."

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