Rituales de Fin de Año o cómo morir en el intento

Bueno, que ya está, que ya hemos llegado otra vez al último día del año. Y claro, además de poner a punto el modelito de turno (el cual he ido esta misma mañana a comprarme) y sacarle punta a los tacones de aguja (dolor de pies sólo de pensarlo), hay que preparar, como no, los cientos de miles de rituales mágicos para cuando suenen las campanadas. Y no puede faltar nada que luego ya se sabe, nos pasa una "desgracia" o no nos sale bien el ligue del verano del chiringuito y la culpa la tiene que "en Noche Vieja no me até con tres nudos el lazo rosa de la mano derecha ¿o me lo tenía que poner en la izquierda?" Y es que a estas alturas del año no se lee otra cosa en las revistas o en la red y no se oye nada más en los programas de cotilleos de la tele. Los videntes y tarotistas están haciendo su agosto en estas fechas venga a pasearse por todos los realities dando recetas mágicas para que el nuevo año sea perfecto en tema salud, dinero y amor.

 

¿Os habéis parado a escuchar la cantidad de cosas que se deben hacer para atraer a la buena fortuna en apenas 30 segundos? No sé vosotros, pero yo me siento incapaz de hacer tanta cosa a la vez, por no hablar de que no me queda muy claro en qué orden cronológico debo realizarlos. Así que me he hecho una lista con todo lo que he ido pillando y he intentado ponerla en orden. Aquí os la dejo y a ver si tenéis cojones de hacer todo esto:

Para empezar de buena mañana "ordenar y limpiar la casa hasta que quede brillante y se puedan comer sopas en el suelo. Barrer con una escoba hacia afuera para que salgan las vibraciones negativas y permitir la entrada de buenas energías. Y para que entren nuevos proyectos y oportunidades vaciar cajones y tirar cosas inservibles". Pues o yo soy muy guarra y muy desordenada o esto en un solo día no lo puedo hacer, y mi casa es pequeña.  

Seguimos con la decoración de la mesa "poner velas de distintos colores para atraer las bendiciones que queramos para el año próximo y dejarlas arder hasta que se acaben. Las velas amarillas atraen prosperidad, las rojas dan suerte en el amor, las blancas para la claridad y espiritualidad, las verdes para mejorar o mantener la salud física y mental y las naranjas para tener sabiduría e inteligencia. Además, para atraer la prosperidad y el dinero hay que decorar la mesa con dorado y espigas de trigo y poner el mejor mantel, copas y vajilla que se tengan". Ante esto tengo dos apuntes que hacer: uno, después de todo este cacharrerío ¿dónde ponemos los platos con la comida? Y dos, ¿haber cenado las dos últimas décadas con platos y vasos de plástico tendrá algo que ver con mis múltiples desavenencias con la diosa fortuna?

Una vez tenemos la casa y la mesa engalanadas para el evento, vamos a hacer lo propio con nuestra persona, que a estas alturas del día está ya para pocas fiestas, pero es Noche Vieja, que coño. "Usar ropa interior de color amarillo atrae dinero y prosperidad, mientras que la ropa interior roja atrae el amor y la fertilidad". Así que nada de ir conjuntada interiormente, una pieza de cada color. Y encima rojo y amarillo, todo sea por la patria.

Ya estamos llegando al gran momento, las doce campanadas, y para ello necesitamos tener preparados un par de anillos de oro, una maleta llena de ropa, una rama de acebo o muérdago, uvas de la suerte, champán, una lista con las cosas non gratas de las que nos queremos deshacer y unas lentejas estofaditas. ¿Y todo esto para qué? ¡Fliparlo! Pero fliparlo mucho más porque dependiendo de si somos singles o estamos emparejados la cosa cambia:

Todo ser humano viviente, independientemente de nuestra situación sentimental, tiene que empezar "comiendo las doce uvas de la suerte, una por cada campanada". Esto es fácil y lo conseguimos todos los años, lo complicado empieza a partir de aquí. "Si queremos deshacernos del recuerdo de situaciones malas o de personas que nos causaron dolor durante el año que termina hay que escribirlo en una lista y quemarlo al llegar la medianoche". Seguro que más de uno tiene para hacer una hoguera de todo lo que tiene acumulado; abreviad. "Poner un anillo de oro en la copa del champán para atraer la prosperidad y el dinero o bien poner un billete en cada zapato que usemos esa noche. Además, para empezar el año con buen pie, justo después de las doce campanadas pisar con el pie derecho. Hacer el brindis y abrazar a amigos y familiares para atraer la felicidad y la buenaventura". Todos tranquilos que vamos a la pata coja, recordad. "Aseguran que las lentejas está noche son mágicas y para que sean efectivas hay que tomarlas inmediatamente después de brindar con champán". Menudo mezclote, lentejas con champán. Y finalmente "para viajar más, llenamos una maleta con algunos trapitos, la dejamos fuera en la puerta de casa y cuando hayamos acabado con las lentejas nos damos con la maletita una vuelta a la manzana".

Ahora bien, si estás emparejado o casado a todo lo anterior le tienes que añadir "levantarte y sentarte de la silla con cada campanada que suene si quieres tener una boda y formalizar tu relación". De la que me he librado, como no hay bastante con tragar uvas, se acompaña de ejercicio sincronizado. Ánimo campeones, ¡podéis! "Para garantizar la duración y estabilidad del matrimonio colocar una alianza en la copa del champán". Esto debe funcionar porque mis padres siempre ponían las suyas y treinta y nueve años de matrimonio, por si os sirve la información. "Para mantener el amor un año más, besad a vuestra pareja debajo de una rama de acebo o muérdago, justo después de las campanadas". Que no se os olvide la pata coja, el brindis, los abrazos a los amigos y las lentejas, para que no os entusiasméis. "Y además, para mantener la intimidad y una relación estrecha con vuestra media naranja cambiad una prenda de ropa durante la Noche Vieja". Menos mal que aquí tenéis de margen toda la noche, que ya el tiempo empezaba a faltar.

Los singles lo tenemos más fácil, sólo hay que "poner un anillo de oro en nuestra copa de champán (imagino que con el que ya había para el tema dinero nos sobrará) para conjurar el amor; eso sí, importante, no sacarlo hasta después de beber y de abrazar a los presentes en el momento de celebrar la llegada del año, de lo contrario el ritual no vale. Y si en el grupo con el que estamos celebrando hay algún/a churri que nos hace tilín, para que caiga rendidito/a a nuestros pies le debemos colocar en su copa un anillo nuestro y dejarlo que beba". Yo no soy muy dada a llevar anillos y menos de oro, pero este año me los coloco todos y se los voy a ir dejando a todo santo varón que se me ponga por delante, por ampliar posibilidades.

Y después de todo el día arreglando casa, mesa y nuestra persona humana y de pasar los dos minutos primeros del nuevo año estresados hasta más no poder, bien nos vamos a merecer tomarnos unas cuantas copas y pegarnos unos buenos bailes, y os recomiendo que sea con una buena compañía. Y lo que tenga que venir ya lo iremos viendo, que tenemos 365 nuevos días para descubrirlo.

¡¡¡Feliz Año Nuevo a tod@s!!!