Quiero la varita mágica del tiempo

05.11.2013 18:31

Ya nos han vuelto a joder la marrana fastidiar con el cambio de hora. Llevo una semana que no sé a qué hora me levanto y me acuesto, andando como las zombis todo el día y no sé en qué momento he de comer porque mi estómago ruge a horas extrañas. Y es que a mí esto de que me quiten y me pongan una hora cada seis meses la verdad es que no me va nada bien. Y malo es cuando entramos en el horario de verano, que vuelvo a acusar agilipollamiento gástrico y soporífero, pero peor es el de invierno, porque esto de que a las seis de la tarde esté oscuro como la cueva de Alibabá a mí me hunde en la miseria.

Y todo viene por el cuento chino de que así ahorramos energía y nos hacen no sé qué ajuste espacio-temporal. Pero ¿qué ahorro de mi vida hacemos? Si yo a las cinco de la tarde tengo que encender las luces de casa porque no me veo ni la punta de la nariz, y eso que mi casa es totalmente exterior y tiene unas ventanas hermosísimas.

Pero lo que realmente me fastidia es que me mangoneen de esta manera mí tiempo. Si no tenemos bastante con el horario impuesto en el trabajo, las horas concretas de la consulta del médico y las citas cogidas en la peluquería y el salón de belleza con quince días de antelación, pues ahora también te quito una hora, ahora te la pongo y ahora te doy un día extra (lo digo por lo de los años bisiestos, que esa es otra). Y es que oye, si el tiempo se puede modificar de esta manera tan fácil, ¿por qué no nos dejan a cada uno que nos lo administremos como nos dé la gana, digo yo? Porque seguro que somos muchos los que hemos soñado con esa varita mágica que haga moverse las manecillas del reloj a nuestro antojo. Pasar los minutos en un pestañeo cuando se tiene un examen, una reunión con el jefe o te tienen que sacar una muela. O parar el reloj un par de horitas cuando estás tan a gustito tomando mojitos con ese morenazo guapetón del chiringuito (la que tenga esta suerte) o darte un diita más de vacaciones (a esto sí que me apunto y prometo que sería sólo uno más).

Que sí, que vale, que está claro que esto no sería factible, porque somos unos irresponsables y al final acabaríamos unos yéndonos a convivir con los dinosaurios y otros a la civilización futura de Marte, pero si nos dieran X tiempo de libre albedrío al año estaríamos todos encantados, no me lo negaréis.


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