De hombres y de mujeres… y de mensajes…

Para toda mujer, creo que sin excepción, el encabronamiento mental elevado a la enésima potencia llega cuando después de haber tardado más de diez minutos en escribir un mensaje de texto a un hombre, éste te contesta con un "Ok", respuesta más cortante que la navaja de McGiver.

¿Ok? Y es que te dan ganas de responder "Ok ¿qué?, ¿ok sí?, ¿ok no? ¿Ok nos vemos?" Pero entonces respiras hondo y despacio y contestas "¿Te pasa algo? ¿Te encuentras bien?" (Error). Y te vuelve a responder "No". "Pero, no ¿qué? ¿no nos vemos o no estás enfadado?" "Lo primero". "Lo primero ¿qué? ¿El primer mensaje o el segundo?" Y así entramos en bucle.

Luego están el "Ya hablamos", sinónimo de paso de ti, pero no tengo huevos de decírtelo; el "Nos vemos", ¿cómo que nos vemos?, que te falta poner entre paréntesis "y ya si me ves ni me saludes"; o el "Te llamo", ¿perdona? No, bonito, no me llames tú, ya te llamo yo.

Y es que los hombres, a la hora de responder a un mensaje, tarden mucho o poco, normalmente te dejan con la patas colgando. Porque esa es otra, a nosotras si no nos contestan a los dos segundos se nos desata la taquicardia y entramos en paranoia. Ejemplos: No lo habrá leído aún, claro es que no puede estar veinticuatro horas pendiente del móvil (te autoconvences). Estará viendo el partido con los amigotes y las birras (también tiene derecho, piensas, aunque realmente no tiene ningún derecho, porque lo que debería es estar pendiente del móvil). No le habrá llegado (porque justo en este momento las líneas de datos están fallando, esas cosas pasan). ¿Lo he mandado bien?, y entras en su whatsapp 20 veces en los últimos 3 minutos, cual loca obsesiva. Y al final dejas que salga ese pensamiento que lleva toda la tarde rondándote por la cabeza y que no lo has dejado, pero que ahora está ahí latente y viendo al fin la luz cual demonio expulsado después de un exorcismo y que no es ni más ni menos que un "vete tú a saber lo que estará haciendo y con quién lo estará haciendo" (que descanso).Y lo mejor es la conclusión final: "Este tío es imbécil y ahora cuando contestes te va a responder Clavijo, guapo".

El problema es que al final acabamos contestando, y entonces, vuelta a empezar.