Cuento "Sin Final"

Este es uno de los cuentos que les escribí a unos amigos para el día de su boda. Un reflejo de lo que debe ser el amor y cómo construirlo y cuidarlo día a día.

"Empecé a tomarme esto en serio cuando vi que nos morimos de la risa juntos. Porque compartir risas debería ser considerado idioma universal. Porque dos que se miran y se sonríen y se entienden están haciendo magia. Sigamos riendo juntos.

Y me gustan los abrazos. Esos abrazos estrujaditos, donde no cabe la menor duda entre los cuerpos. Porque un abrazo no se da, un abrazo se comparte entre dos como si fueran uno sólo. Y es que hay abrazos tuyos que todavía no han perdido su calor. Sigamos abrazándonos.

Porque un día llegaste y me lo pusiste todo del revés, el sueño, el tiempo, la vida, el alma y desde entonces sueño, vuelo, vivo y amo, sin más. Y ojalá nunca te canses, te aburras, te olvides o te pases al bando contrario, el de los que no se atreven nunca. Y ojalá nunca pongas el pero antes del te quiero. Y siga siendo siempre tu manía. Y me sigas leyendo por dentro, aunque no entiendas lo que lees, aunque probablemente no lo compartas, ni estés de acuerdo.

Y cógeme siempre de la mano para caminar juntos, incluso en esos momentos dónde tenga que estar un paso por delante, necesito sentir tu presencia. Y seguir regando el amor y nunca tener que rogarlo. Y sonreír a mitad de un beso. Y que me cuides. Y cuidarte yo a ti. Hacer la cena y deshacer la cama. Leer uno al lado del otro. Discutir. Reconciliarnos. Entrar por la puerta y verte ahí con miles de besos esperándome. Con esa sensación de no querer hacer nada más que estar junto a ti. Hacernos pasar frío y calor. Y sentir placer y querer más. Y desearnos. Y olvidar todo lo demás.

Y en nuestra casa, en esa de los sueños, seguir soñando, contigo. Siempre. Ese siempre que los dos creamos día a día. Ese cuento que los dos escribimos día a día, pero sin perdices y sin final."