50 Sombras del Tipo Ese (I)

11.11.2013 18:48

Las próximas tres entradas se las voy a dedicar a mi buen amigo Antonio, autor del blog "Un vilero en Polonia". Y es que el chico es coterráneo mío y se nos ha ido a vivir a Polonia ("pa' no haber visto nunca lo que había más allá de Sierra Aitana, cuando te has puesto a conocer mundo lo has hecho a lo grande"). La cuestión es que el otro día se engulló todas las entradas de este blog y, como bien dice él, le dio "vidilla" haciendo varios comentarios (¡miles de gracias Capitán!). Y con uno de ellos la hemos "liao' parda". Aquí os dejo como empezó todo:

«...Lo que no le puedo y que espero que no continúe adelante en el libro es el concepto de la "Honey Girl". Lo siento, me recuerda a la "Diosa Interior" que aparece en las 50 sombras del tipo ese y, te aseguro, ya me pareció una grandísima tontería sin sentido en el libro como para que encima cree tendencia... Bufff...»

¿Un hombre que se ha leído "50 Sombras de Grey"? Rauda y veloz le pedí su más sincera opinión sobre el libro en cuestión y su respuesta ha venido a modo de entrada en su blog (Ni la sombra de lo que se dice: Crítica de 50 sombras de Grey) ("te has quedao' a gusto chacho"). Y yo que soy más chula que nadie no soy menos le voy a dar la mía, pero no en una entrada, sino en tres, en homenaje a la trilogía que nos ha inspirado. 

Para empezar debo confesar que aquí servidora se tragó los tres libros el verano pasado en menos de diez días y que le daban altas horas de la madrugada venga a leer capítulos. Sí, lo sé, para matarme, pero en mi defensa he de decir que soy una lectora compulsiva y que todo aquello con letras que cae en mis manos me lo trago, hasta la etiqueta de la composición del champú.

Dejando a un lado lo de hacer de abogado del diablo (aquí no hay defensa posible), la verdad es que estoy de acuerdo con bastantes cosas de las que dice Antonio en su crítica (¡sorpresa!). Esta trilogía es una versión un poco más moderna (y guarra) de las novelas rosa de Corín Tellado que leían mi abuela y mi madre, pero la esencia viene siendo la misma: chico guapo, rico y malote conoce a chica guapa, humilde y simplona (¡y virgen!), se casan y tienen varios chiquillos monísimos a los que crían en una mansión inmensa y maravillosa. Por el camino, cortan dos o tres veces bajo las excusas baratas de "me has engañado", o "eres el hombre/mujer de mi vida, pero nuestro amor es imposible"; el chico malote se vuelve un corderito (ohhh!, ese sueño que todas tenemos, cambiar al cabronazo de turno y que se quede con nosotras #ModoIrónicoOn); y la chica tonta muta cual gusanito que se convierte en mariposa pasando a ser una maravillosa mujer de negocios, tacón en pie todo el día y con capacidad para ser la nueva Mata Hari del siglo XXI por la noche.

Y para algo tan simple y visto han hecho falta tres libros de más de cuatrocientas páginas cada uno donde la calidad narrativa deja mucho que desear, la historia está más vista que los tebeos, los personajes son más típicos que el chocolate con churros en una mañana de resaca y lo único que daba un poco de juego y llamaba más la atención, que era el sexo escandaloso y duro que se nos presentaban, pues la verdad, he de decir que yo a veces tengo algo más de imaginación que lo que he leído aquí, porque salvo un par de veces que la ata, unos pocos azotes y dos ramalazos de látigo y esposas, lo demás son unos polvos vainilla de lo más normalitos.

Y es que es lo que tiene una buena promoción y una buena campaña publicitaria, que cualquier cosa se convierte en oro. Como decía mi abuela "nos han dado gato por liebre".

Continuará...

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