A veces las preguntas son respuestas. A veces los sueños son preguntas. A veces el amor es para siempre. La muerte es vida en ciertos momentos. En ocasiones la vida no duele.
A veces me pregunto qué pasaría si todo lo que pienso se hiciera realidad.
A veces me pregunto si hay que decir todo lo que se piensa o si es mejor dejar pasar el tiempo para que así todo vuelva a funcionar.
A veces me pregunto por qué no más, por qué no yo.
A veces me pregunto por qué no pasa nada.
A veces me pregunto por qué escribo.
A veces me pregunto por qué las cosas no son nunca lo que parecen y por qué las personas no son lo que aparentan.
A veces me pregunto si todo aquello que creamos está siempre ahí.
A veces me pregunto si somos contradictorios por naturaleza o simplemente porque nos entretiene.
A veces me pregunto por qué cuando hay algo que decir no se dice y cuando se hace se buscan palabras que no llegan a decir nada.
A veces me pregunto si te preguntas por mí, si me piensas, si me extrañas o si ya me has olvidado. A veces me pregunto por ti, otras veces me pregunto por mí.
Hoy me pregunto si a veces me pregunté lo suficiente. A veces me pregunto para qué me pregunto tanto.
A veces me pregunto si ese miedo que tengo a perder a la gente que quiero alguien lo siente si me perdiera a mí.
A veces me pregunto por qué no olvido, por qué siempre lo siento todo a flor de piel.
A algunos se les conoce como eruditos, como filósofos, como si los demás fuéramos robots programados. Y es que a veces me gustaría serlo, para poder evadirme y no preguntarme más.
A veces me pregunto el porqué de las preguntas y acabo siempre en la misma respuesta, todavía no he aprendido.
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