A ti que eres mujer. Que sufres desde que el mundo es mundo la carga de ser el sexo débil; que sufres la humillación de cobrar un sueldo inferior sólo por tu condición de mujer; que sufres el miedo de andar sola por las calles y que te puedan agredir; que sufres mutilaciones si has tenido la desgracia de nacer en según qué país. A ti que eres mujer te digo que eres fuerte, entera, capaz, brillante. Por los siglos de los siglos has sobrellevado la carga de tus cachorros, de tu hogar, de tu trabajo, haciendo encajes de bolillos para tirar para adelante con todo. A ti que eres mujer te digo que sólo si las mujeres nos juntamos formando sólo una conseguiremos que nos respeten en nuestros puestos de trabajo y nos consideren y nos paguen como personas que somos, no como mujeres. Si nos juntamos formando sólo una conseguiremos poder pasear con plena tranquilidad por las calles, sin miedo. Si nos juntamos formando sólo una conseguiremos que dejen de matarnos, mutilarnos, humillarnos, agredirnos, sólo por el hecho de ser mujeres. Pero también te digo, a ti que eres mujer, que la primera bofetada te la darán porque te han pillado por sorpresa, pero si te dan la segunda ¿quién es el culpable? ¿Cuántas veces nos humillan porque nosotras nos dejamos? No tenemos a la justicia de nuestra parte, ni a las administraciones públicas, ni a nuestros jefes, ni a buena parte de esta sociedad en la que vivimos, ni hay ley verdadera que nos ampare, pero nos tenemos a nosotras y somos más que suficientes.
A ti que eres hombre. No debería hacer falta que te recordara que si estás en este mundo, vivo, es gracias a que una mujer te dio esa vida. Es un capricho de la naturaleza que sea así, pero es lo que hay. Te recuerdo que eres hijo de una mujer, posiblemente hermano de una mujer, igual eres padre de una mujer o sobrino de una mujer o tío de una mujer. Y no voy a entrar en si compartes tu vida o no con una mujer, en si tienes amigas o no o compañeras de trabajo o no. Pero estás rodeado de mujeres con las que compartes tu sangre y te digo que una buena parte de ellas, de una u otra manera, sufren algún tipo de vejación por su condición de mujer. Y tú no haces nada. No te tiras a la calle cuando oyes que una más de nosotras ha sido asesinada por las manos de uno de los tuyos, cuando la próxima a la que metan en una caja de pino podría ser tu madre. No te mueves del sofá cuando oyes que otra adolescente ha sufrido una violación, cuando la próxima a la que vayas a visitar a un hospital podría ser tu hija. No le recriminas a ese otro hombre que cuenta sus batallitas de machote con sus ligues, sus desprecios, entre carcajadas, cuando la próxima a la que veas hecha un mar de lágrimas podría ser tu hermana. Porque no sólo pegar, violar o insultar es agresión. Faltar al respeto, herir los sentimientos, humillar también lo son; hacer daño deliberadamente es una agresión hacia cualquier persona.
A ti que eres persona, da igual del género que seas, te digo que lo que no quieras para ti o para los tuyos no lo quieras para los demás. No consientas, no toleres que se lo hagan a nadie más. Pelea, grita, alza tu voz, ayuda, denuncia, para que así esta desigualdad ENTRE PERSONAS se acabe de una vez. Porque tú y los tuyos también saldréis beneficiados. Pero sobre todo reedúcate y educa por la IGUALDAD entre seres humanos, por el RESPETO, por la TOLERANCIA, por los VALORES. Porque tú y los tuyos y las tuyas y todos saldremos beneficiados.
A ti que eres mujer, hombre, persona te dejo este escrito que he encontrado por la red y que me parece cruel pero precioso a partes iguales:
"Cuando ven a una mujer piensan que no tiene necesidad de nada ni de nadie, que puede soportarlo todo, que pase lo que pase lo superará, que no importa si es escuchada, cuidada, mimada. La fuerza que se necesita cada día para ser mujer no le importa a nadie. Cuando ven a una mujer la buscan sólo para que ayude a llevar las cargas. A una mujer no se le pregunta si está cansada, si está sufriendo o cayendo, si tiene ansiedad o miedo. Lo importante es que ella está ahí como un faro en la niebla o una roca en medio del mar. A una mujer no se le perdona nada. Si pierde el control se convierte en débil, si pierde los estribos se transforma en histérica. Cuando la mujer falta un minuto su ausencia se nota de inmediato, pero se da por hecho su presencia y que volverá."
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