No tires la toalla: Hazte un bonito turbante

Todos los que me conocéis sabéis a lo que me dedico, soy lo que técnicamente se llama embrióloga o bióloga de fecundación In Vitro. Para los que no estáis tan familiarizados con esto os lo explico de forma sencilla, hago niños en un laboratorio. Dicho así queda un poco burro, pero, durante estos años, es la mejor manera que he encontrado para que la gente me entienda.

Pues bien, esta semana he estado en InVITRA, una feria de fertilidad en Valencia, y allí me he encontrado con Marian Cisterna, una mujer que ha escrito un libro contando su experiencia. Desde el primer momento tuve claro que me llevaba un ejemplar, primero porque me encantó el título, "No tires la toalla: Hazte un turbante con ella", y segundo, porque quería conocer los sentimientos, los sufrimientos y las vivencias de nuestros pacientes, que a fin de cuentas son los que están al otro lado y por los que nosotros trabajamos.

Aún no lo he acabado, apenas lo empecé ayer, pero ya he encontrado párrafos que quiero compartir con vosotros, porque creo que sus palabras las podemos aplicar y nos pueden ayudar en muchos ámbitos de nuestras vidas.

¡Qué lo disfrutéis!

"Hay momentos en los que el peso de las cosas puede con nosotros y lo más sencillo es venirse abajo, arrastrar los pies hasta la cocina, coger una tarrina de helado, una bolsa de patatas fritas y tumbarse en el sofá a escuchar canciones tristes con el firme propósito de deprimirte mucho más y no levantarte hasta estar completamente segura de que nadie en el mundo es más desgraciado que tú. O quizá encerrarse en el propio problema y llorar hasta que los ojos se escurran de sus cuencas y te abandonen haciéndote una peineta: «Qué negrera, nos hacía trabajar sin descanso las veinticuatro horas del día», le diría un ojo a otro. «Qué razón tienes, querido, vamos a echar un vistazo y buscar dos nuevas cuencas donde vivir».

Así que no nos vamos a centrar en aquellas cosas que nos hacen sentir mucho peor: vamos a mirar hacia adelante con otro ánimo, porque todas llevamos
dentro una Honey Girl que es mucho más fuerte, poderosa y positiva de lo que pensamos.

Es difícil cuando las cosas están feas ponernos a «positivizar», pero es algo que con un poco de práctica se puede conseguir.

Mentalizarse de que a veces la vida te pega sacudidas que no esperabas es algo que una buena Honey Girl hace poquito a poco.

Muchas veces la vida te regala vivencias que no habías deseado y no por eso son menos importantes o te hacen sentir menos feliz. Pero a esas, no sé por qué, les damos menos importancia.

Hay que sacudirse las penas, mirar hacia adelante y pensar que hay muchas cosas por cumplir."

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